MEN AND WOMEN OF THE YEAR
... porque el obrero es digno de su alimento.
Mateo 10:10 (Casiodoro de Reina, 1569)
Wong se puso a mirarle la mano, sonriendo. Oliveira estaba demasiado borracho para insistir. Bebió más vodka y cambió la postura. Le pusieron una hoja de papel doblada en cuatro en la mano. En lugar de Wong había una sonrisa de gato de Cheshire y una especie de reverencia entre el humo. El poste debía medir unos dos metros, pero había ocho postes, solamente que era el mismo poste repetido ocho veces en cuatro series de dos fotos cada una, que se miraban de izquierda a derecha y de arriba abajo, el poste era exactamente el mismo a pesar de ligeras diferencias de enfoque, lo único que iba cambiando era el condenado sujeto al poste, las caras de los asistentes (había una mujer a la izquierda) y la posición del verdugo, siempre un poco a la izquierda por gentileza hacia el fotógrafo, algún etnólogo norteamericano o danés con buen pulso pero una Kodak del año veinte, instantáneas bastante malas, de manera que aparte de la segunda foto, cuando la suerte de los cuchillos había decidido oreja derecha y el resto del cuerpo desnudo se veía perfectamente nítido, las otras fotos, entre la sangre que iba cubriendo el cuerpo y la mala calidad de la película o del revelado, eran bastante decepcionantes sobre todo a partir de la cuarta, en que el condenado no era más que una masa negruzca de la que sobresalía la boca abierta y un brazo muy blanco, las tres últimas fotos eran prácticamente idénticas salvo la actitud del verdugo, en la sexta foto agachado junto a la bolsa de los cuchillos, sacando la suerte (pero debía trampear, porque si empezaba por los cortes más profundos...), y mirando mejor se alcanzaba a ver que el torturado estaba vivo porque un pie se desviaba hacia fuera a pesar de la presión de las sogas, y la cabeza estaba echada hacia atrás, la boca siempre abierta, en el suelo la gentileza china debía haber amontonado abundante aserrín porque el charco no aumentaba, hacía un óvalo casi perfecto en torno al poste. "La séptima es la crítica", la voz de Wong venía desde muy atrás del vodka y el humo, había que mirar con atención porque la sangre chorreaba desde los dos medallones de las tetillas profundamente cercenadas (entre la segunda y tercera foto), pero se veía que en la séptima había salido un cuchillo decisivo porque la forma de los muslos abiertos hacia afuera parecía cambiar, y acercándose bastante la foto a la cara se veía que el cambio no era en los muslos sino entre las ingles, en lugar de la mancha borrosa de la primera foto había como un agujero chorreado, una especie de sexo de niña violada de donde saltaba la sangre en hilos que resbalaban por los muslos. Y si Wong desdeñaba la octava foto debía tener razón porque el condenado ya no podía estar vivo, nadie deja caer en esa forma la cabeza de costado. "Según mis informes la operación total duraba una hora y media", observó ceremoniosamente Wong. La hoja de papel se plegó en cuatro, una billetera de cuero negro se abrió como un caimancito para comérsela entre el humo. "Por supuesto, Pekín ya no es el de antes. Lamento haberle mostrado algo bastante primitivo, pero otros documentos no se pueden llevar en el bolsillo, hacen falta explicaciones, una iniciación..."
Rayuela (Julio Cortázar).
A la memoria del Mayestro Othón Salazar.
Mal augurio para el comienzo del invierno 2008. El frío ha reclamado dos víctimas en el Norte de México esta semana. Breve remanso antes de padecer al siguiente frente polar que seguramente acompañara nuestra Nochebuena.
El otro México me acompañó de regreso a la frontera en el noreste de nuestro país. "Estoy estudiando para obtener mi licencia de guía de turistas, y también le entro cuando hay que restaurar el sitio", me dice un compa en Bonampak. “Ahorita no tenemos ningún proyecto porque no hay suficiente presupuesto”. Aprovecho entonces pa` meter mi cuchara: “así es porque un buen se va pa` los militares”. "Pues, eso sí", acepta resignado.
De Bonampak a Montebello, siete retenes militares, por lo menos. Leyendo como les fue a un par de féminas recientemente, de puro milagro todavía se mueven mis "deditos magikos". A lo mejor ya me tenían hasta la coronilla de tanta revisión; por lo que intento averiguar si voy franco (estiro mi brazo de frente en forma totalmente horizontal) o quieren que me detenga (enseño la palma de mi mano completamente abierta). Uno de los compas que visten de verde olivo contesta con el brazo horizontal, por lo que erróneamente interpreto que debo seguir.
_ ¿Por qué no se detuvo? ¿No vió que le estamos haciendo el alto total?
_ Les estoy haciendo señas, yo pensé que tenía la vía libre. ()
_ ¡Bájese de la camioneta!, y abra atrás, por favor.
No tiene caso hacerle al gracioso, por ahora. Después de contestar unas cuantas preguntas, la calma llega de nuevo.
Pa` la próxima, el brazo estirado significa estaciónese a un lado, ¿ok?
¡Vaaa!
Mis glúteos le van a agradecer eternamente la aclaración.
Otra aclaración le solicitamos la Mujer Maravilla y yo, a uno de los pasajeros al que le dimos un "raid" cuando nos detuvieron en uno de esos puntos de revisión.
_ ¿De qué compañía son tantos anuncios de tarjetas telefónicas? Parece que son de celular, ¿no?
_ ¡Ah, sí! Es que los teléfonos celulares casi los regalan en Guatemala. Mira éste, y los hay con todas las funciones bien baratos. Además si lo compras allá tienen cobertura acá también. Y las tarifas son mucho más baratas allá.
_ Pero, la compañía es también del Slim, ¿no?
_ Así es, pero ya ves. Mientras los mexicanitos paguemos todo.
¿Así que el Carlitos sólo es capaz de ver la paja en el ojo ajeno...?
Otros no gozan de las mismas prerrogativas que las del "Rey Midas" de los negocios en Latinoamérica.
Después de devorar pollo asado en “otro recién inaugurado changarro” en Benemérito, llegamos a las Lagunas de Montebello.
_ ¿Van a cenar?
_ ¿Le digo un poema?
_ La neta el viaje estuvo pesadillo. Lo único que ahorita queremos es descansar.
_ Yo les puedo conseguir una cabaña. Si gustan vamos a checar un par de ellas, sin costo. Si después quieren ya cenar, regresamos aquí - nos dice un joven nativo.
Después de acomodarnos en una de los "alojamientos ecológicos" regresamos al estacionamiento principal del parque nacional.
- Ahí puedes estacionar tu "pick up".
- No se me escapa que masca "el pikinglish" con acento Bostoniano.
- ¿Estuviste en "los Esteits"?
- Así es estuve un rato por allá, pero... no es lo mismo.
- ¿En qué parte vivías?
- En Greene, Virginia; cerca de DC.
- Ah, pues no estabas lejos de las headquarters de la CIA entonces.
- Ándale, por ahí mero.
- ¿Y de qué la jalabas?
- Trabajaba en un vivero que le vende plantas a los supermercados tipo Wal-Mart y K-Mart. No me iba mal; inclusive cuando el patrón tenía que reducir el personal por la temporada de invierno, a mí el trabajo nunca me faltó, gracias a Dios.
- Pues sí, pero aquí la cosa está dura, ¿no?
- Algo, uno tiene que moverse. Mi esposa y mi cuñada atienden este puesto en el mercado de alimentos. Tenemos una camioneta de tres toneladas con la que compramos café orgánico en la Lacandona pa` venderlo luego, y ya viste que yo le hago de guía turístico. Trabajo no nos falta, gracias a Dios. Se supone que la comunidad tenía un acuerdo con los del parque para que emplearan a los colonos de por aquí, pero ya ves como termina todo. Los de mero arriba siempre favorecen a sus compadres, y como te imaginaras, no todos tienen trabajo. Puras promesas incumplidas.
- Después de que este guía nos ha mostrado a vuelo de pájaro carpintero los lagos imperdibles del parque, las evidentes huellas de la extraordinaria inundación de Septiembre pasado, y la entrada a unas cavernas que suelen ser visitadas por múltiples creyentes, estamos todos listos (el compa nos ha solicitado un aventón) para partir a Comitán. “Vamos a tener una asamblea en mi iglesia. Mi esposa y mis niños ya se fueron por la mañana.”
No sólo él ha asistido a su iglesia. Mañosamente la Mujer Maravilla me ha convencido de quedarme un día más, sino que me arrastra a Cuernavaca. Allí escucho el “testimonio” de dos de las “misioneras” de su iglesia. El relato de la mayor de las dos es revelador.
“Estuvimos en Baja California. Fuimos a evangelizar a una zona muy pobre cerca de Ensenada. En realidad sólo podíamos compartir con los más pequeños. Los padres de todos ellos trabajan todo el día en labores del campo. Algunos de estos padres son indígenas como los triques y huicholes. Difícil compartir “la palabra” en sus condiciones. Regularmente no tienen que comer. Yo me lamentaba, de haber sabido que era así, hubiera llevado algo, lo que sea. Un día que llevamos un poco de comida, les juro que uno solo de ellos creo que se comió un kilo de tacos.”
_ Ahora sí ya estuvo. Ámonos, shikita.
No va a ser tan fácil, compita.
En la terminal del norte, por concederle un par de horas para la plática de despedida. De nueX me obliga a salir de la central de autobuses para cenar cómo Dios manda.
_ Nada más tengo dos horas, no juegues.
_ Vamos a tomar un taxi.
_ ¿Cuánto nos cobra por llevarnos al Mega Tlatelolco?
_ ¿Van llegando?
_ No, él viaja en un par de horas y vamos a cenar.
_ No, él viaja en un par de horas y vamos a cenar.
_ No anden haciendo eso. El DF está que arde. Si ustedes vieran todos los asaltos que yo veo diariamente, no lo harían. La próxima vez, procuren quedarse en la terminal, es mucho más seguro. Yo por ejemplo no subo pasaje en esta zona. Si salgo de aquí y llego al centro o la zona rosa, a lo mejor, si no, mejor me regreso a mi base en Taxqueña.
Para enfatizar el peligro de la capirucha, nada mejor que un caso personal.
_ Donde esté comiendo; si veo entrar policías al establecimiento, en ese momento pago y dejo todo, no importa que apenas vaya en el primer plato. El otro día estaba en una fondita, apenas iba en la sopa, cuando entraron unos policías. En ese momento llamé a la mesera, dejé lo que estaba comiendo, y le pedí mi cuenta.
_ Pero si apenas va en la sopa.
_ No importa, traígame la cuenta, por favor.
_ Tranquilo, amigo. Está más seguro con nosotros. ¿Pá`que se va?
_ Nombre, por eso me voy. Estando ustedes aquí, quién sabe si me va a tocar una bala perdida. No, gracias.
Trato inútilmente de abogar en nuestra causa.
_ Yo viví en el DF casi dos años, y gracias a Dios nunca me ocurrió nada.
Es evidente que he fallado en forma estrepitosa.
_ No, joven –nos dice el taxista. Todo ha cambiado mucho. ¡Cada cosa que ve uno todos los días! Yo por eso si apoyo la pena de muerte.
Intento matizar su “rabia justificable”.
_ ¿Apoco pediría lo mismo para esos altos mandos de la SSP a los que se les han encontrados ligas irrefutables con el narco?
_ Por supuesto, es más, que la ejecución sea pública en el Zócalo, después de que se permita azotarlos a latigazos en el centro de la plaza.
No tiene caso indagar si pediría lo mismo para los delincuentes de cuello blanco, para los Hildebrandos, pa´los del “me desquité”, pa´la estratega del voto corporativo, pa´los magistrados del TEPJF, y todos los demás.
Mucho más mesurado me parece el compa a cargo del arco para la detección de metales, antes de pasar a los andenes en la terminal.
_ ¿A dónde va?
_ Pa´Matamoros.
_ No, pus si está largo.
_ Antes iba mucho pa´mi tierra, Ixmiquilpan; pero desde que murió mi ´amá ya no tengo razón para ir pa´allá. Aquí me la paso del trabajo a la casa. Tengo todo, una casita que ya alcancé de pagar, y no pago renta como otros. Pero, pus así es mi vida.
_ ¿Tiene esposa,… hijos?
_ Nada, ya nomás me quedaba mi jefecita.
Es irrelevante lo poco que pueda agregar. Al final, el compa resultó un sentido común mucho más grande que su soledad. Al ver que la Mujer Maravilla no termina de despedirse, sin hacer tanto pancho, le permite cruzar el detector sin contar con contraseña de viaje.
En una reñida deliberación, el afroamericano presidente de los EUA le ha ganado el premio de man of the year al ahora celebre patón periodista de Egipto (en realidad, no pasa de ser un desahogo personal, nos urge un verdadero desahogo colectivo, por el cual el pueblo tome el poder). En ese tenor yo hubiera propuesto al rogue trader franchute que cimbró las finanzas de su país, por lo menos el alcanzo el grado de héroe entre sus compatriotas. El nuevo chivo expiatorio que intenta desviar las miradas a la verdadera magnitud el desastre financiero mundial no ha ganado el status que alcanzó el olvidado Jerome.
Por eso, comp@s. Yo que soy menos pretencioso propongo a todos aquellos desconocidos que, no han sido atrapados por la histeria colectiva del crimen organizado, y continúan manteniendo a tumbos la marcha de la economía nacional. Sin saberlo, es la fuerza de trabajo de todos ustedes la que en verdad ha mitigado los efectos del catarrito económico. Al final, a pesar de sus vanos intentos de ocultar el desastre, somos nosotros organizados quienes en realidad podemos aportar la solución. AL TIEMPO.
M@RChicOte;
Tampico, Tam;
19/12/08
… man of the establishment.
… too lousy. To be edited, later. Hopefully.
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